Una memoria que no olvida quiere inscribirse






IN MEMORY OF
Coreógrafa: Milena Ugren Koulas, Chipre
Bailarinas: Elena Gavriel, Katerina Tylliridou, Magda Argyridou, Anna Nikolaou
Música: George Koulas
PRISMAFestival Internacional de Danza Contemporánea de Panamá (16.10.25)


Por Félix Ruiz Rodríguez

El tiempo parecía haberse detenido en el Ateneo de la Ciudad del Saber, durante la penúltima jornada del PRISMA–Festival Internacional de Danza Contemporánea de Panamá. En el escenario permanecían cuatro bailarinas petrificadas los primeros minutos de la pieza In Memory of, creación de la artista yugoslava, radicada en Chipre, Milena Ugren Koulas. Sus rostros evidenciaban un sufrimiento prolongado en el tiempo: un llanto, una penitencia, un parto, gritos desesperados y silenciados. Traumas. En cambio, la música seguía su curso en la corriente viva del tiempo, sin tregua, sin remedio, acelerando el punto de quiebre de aquellos cuerpos tensados.

Más tarde, la composición musical a cargo de George Koulas, esposo de Milena, se detuvo súbitamente, revelando, por fin, los lamentos y sollozos de posibles acontecimientos de un antes y un después; los eventos traumáticos que trastocaron las coordenadas del relato de una vida. Se asomaban rostros y cuerpos contorsionados por una fuerza interna y ajena a la voluntad propia, entre las fisuras del lazo social desmoronado. Miraban ciertamente a la oscuridad que habitaba la audiencia, procurando que alguien —una voz— rompiera con la repetición estéril del sufrimiento de un presente sin palabras. Ya dirían Françoise Davoine y Jean-Max Gaudillière, en el epílogo de su obra Historia y trauma. La Locura de las querras, que «lo que no se puede decir no se puede callar». En este sentido, In Memory of es una propuesta coreográfica que parte de la investigación continua de Ugren Koulas sobre cómo las experiencias traumáticas moldean nuestra manera de pensar, movernos, comunicarnos y relacionarnos con los demás. Por más que se piensen ocultas, en algún momento saldrán a la luz.

De acuerdo con la creadora de la obra, las transiciones entre cada secuencia y la manera en que se relacionan entre sí las ejecutantes estaban influenciadas por la información sobre lo que es el trauma. Desde mi perspectiva, los movimientos con características hortonianas (la técnica de danza moderna desarrollado por Lester Horton) emulaban ciclos de repeticiones; amplia capacidad de elasticidad, representando patrones imposibles de romper; figuras simétricas y estructuradas, sin desafiar la espacialidad convencional. Fue una propuesta altamente física, acompañada con gritos contenidos y enmudecidos; lo que me recuerda el ejemplo de los planetas del psicoanalista y teórico francés Jacques Lacan, quien al referirse a los traumas recurría a la imagen del movimiento planetario, señalando que estos no pueden hablar porque no tienen boca y por eso siempre vuelven al mismo lugar. En otras palabras, más allá de lo lineal y estructurado que puedan ser los eventos traumáticos, estos son «una forma de lazo social en una situación extrema, donde se ha perdido la garantía de la palabra». El sujeto traumatizado es «una memoria que no olvida y que quiere inscribirse como sea».

Inscribir un trauma es crear una herida psicológica capaz de impactar negativamente el funcionamiento mental, emocional y físico de una persona a corto y largo plazo. Y, en este caso, las bailarinas Elena Gavriel, Katerina Tylliridou, Magda Argyridou y Anna Nikolaou con su poderosa interpretación nos llevaron a sentir esos escenarios posibles. En particular, los gritos alternados pronunciando sus nombres me recordaron a las mujeres que hoy no están con nosotros, que fueron traumadas por sus verdugos, que fueron silenciadas para siempre por la violencia de género que vive toda América Latina. Me hicieron pensar en Selinda Córdoba y Yamileth Santamaría, dos jóvenes asesinadas de manera brutal recientemente en Panamá. Y, de seguro, además de estas imágenes capturadas por mi memoria, el público pudo percibir muchas otras, porque la obra de Milena Ugren Koulas sin duda habla de los seres humanos y de las fracturas en su humanidad; siempre insistentes en tratar de recuperar la posibilidad de la palabra y la garantía liberadora que esta ofrece.


Recorrido iconográfico con fotos de Raphael Salazar


















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