Sinfonía lúdica sobre metales y asfalto




NIÑO
Compañía: COCO DANZA, Panamá
Dirección coreográfica: Marlyn Attie
Selección musical: Ingmar Herrera
Bailarines: Ángel Adames / Adrián Morales / Jaime Ruiz
PRISMA–Festival Internacional de Danza Contemporánea de Panamá (9/10/2025)



Por Alex Mariscal


Ángel Adames, Adrián Morales y Jaime Ruiz irrumpen en medio del bullicio de la gente que regresa a casa o que se dirige hacia la ciudad. Los tres jóvenes bailarines dan curso a lo que luego interpreto como una secuencia de juegos infantiles tradicionales: rondas, rayuela, juegos de manos y otros dinamizan sus entrenados cuerpos. Surcan el área rectangular marcada por el linóleo colocado a un lado del amplio pasillo intercambiador de la estación
Estación San Miguelito del Metro de Panamá. Mientras esto sucede, hay gente que pasa sin mirar. Algunos miran curiosos pero siguen su camino. Otros se acercan al área de la escena y se mantienen parados o se sientan. Pienso entonces que el juego los atrajo, al ver reflejado en los intérpretes al niño juguetón que casi todos llevamos dentro.

En alguna ocasión observé a unos caninos jóvenes jugar. Corrían, se revolcaban, se separaban y volvían a «mangonearse». Se detenían un instante, me miraban e iniciaban, una y otra vez, distintas secuencias, y en cada una crecía en ellos la sensación de gozo. La característica dinámica de performer de la compañía Coco Danza me remitió a aquellos cachorros. Encontré una similitud en la dinámica, la energía, la fisicalidad, la satisfacción, y en la propia estructuración del espectáculo.

Los bailarines sumaron a su juego una caja de objetos a la que se aproximaban, no sin antes retarse o competir por poseerla y tener el derecho de abrirla. En ella tenían jacks, snacks y dulces que compartían con el público. Esta es, sin duda, una de las características interesantes del número: se rompe la cuarta pared borrando la estética de la ficción o de la representación, para reafirmar: «estamos danzando, no estamos representando; simplemente jugamos, interactuamos, vivimos». En el caso de estos ejecutantes, que ya no son niños, permanece el principio lúdico del ser humano, que habida cuenta de los agobios de la vida contemporánea tiende a hacerse latente solo en circunstancias radicales. Para un humano que se quiere sano este principio es una herramienta para explorar la identidad, la memoria y la evolución personales. La caja quizá simbolice el objeto de esa búsqueda interna, ese deseo de descubrir quiénes somos a lo largo del tiempo. Sobre el uso de los jacks y sus pelotas de hule Félix Ruiz, compañero de faenas, me comentó tras terminar el espectáculo: «Este elemento provoca reacciones naturales en el público; demuestra cómo la obra activa recuerdos compartidos y genera una conexión emocional inmediata».

De la música, una mezcla hecha por Ingmar Herrera, me llamó la atención el sonido del saxo, que es un instrumento muy de la urbe y que, mezclado a la armonía dodecafónica de la propia estación, reafirma la atmósfera tropical, estrepitosa y, sobre todo, calurosa de esta zona suburbana de la periferia de la ciudad de Panamá.

Destaca la obra por su intensa fisicalidad y la fusión de hip hop con danza contemporánea, lo que pone en evidencia la formación interdisciplinaria de los bailarines. La aleación de los elementos sonoros y el uso expresivo del gesto crean una atmósfera vibrante y sensorial; así como la inclusión de elementos como los jacks añade riesgo e imprevisibilidad al lenguaje escénico. Con la dirección coreográfica de Marilyn Attie, Niño reflexiona sobre el paso del tiempo y la identidad, e invita al público a reconectar con su niño interior en esta 14 edición de PRISMAFestival Internacional de Danza Contemporánea de Panamá.


A esa hora a la que los panameños denominamos hora pico, cuando la estación del metro se convierte en un río humano y el entorno se transforma en una dodecafonía urbana, la ciudad es una polifonía callejera: bocinas, pasos, voces y ecos metálicos se mezclan en una banda sonora caótica y envolvente que refleja una energía vibrante. Y sobre el ruido de los cláxones Coco Danza grita: «aunque maduremos, seguiremos jugando de otras formas». Ciertamente, la pieza sugiere que somos el resultado de nuestras vivencias y cambios.



Ficha técnica ampliada: COCO DANZA (PANAMÁ) | Niño - PRISMA

Recorrido iconográfico con fotos de Raphael Salazar
















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